12 de abril de 2013



Aunque mi avanzada edad no me permite la fluidez de palabras que quisiera, aún recuerdo a Zissou,… y a su hermano Jacques Henri. El padre de ellos era banquero y el mío dueño de una importante compañía de envasados, lo que nos proporcionaba una vida despreocupada y con muchos privilegios,… aunque, para nosotros, el más importante de ellos era el de poder dedicarnos a soñar. Nos fascinaban los relatos de viajes y de exploraciones. Zissou estaba siempre maquinando expediciones en su cabeza y yo, claro,… como él,… también vivía abstraído, tratando de imaginar en mi cabeza cómo serían nuestras futuras aventuras,… Aventuras que solían cambiar cada cierto tiempo,… según la novela que en ese momento estuviésemos leyendo. Aún me acuerdo de aquel día,… cuando Zissou, tras leer “20.000 Leguas de viaje submarino”, se le había ocurrido diseñar un traje para explorar las profundidades,... Estábamos en la piscina de su casa, y Zissou apareció pertrechado con su flamante equipo de submarinismo,… Se lanzó, excitado, al agua,… pero no se hundió. Algo había fallado, pensaba, mientras su hermano, que jamás se separaba de su cámara, le hizo una foto,... Después, por las circunstancias de la vida, nuestros caminos se separaron. No supe más de Zissou, ni de su hermano, incluso si llegarían a viajar,... Yo lo hice muy a menudo, pero por asuntos más aburridos que tenían que ver con la empresa de mi padre,... Hasta que el año pasado fui a una retrospectiva,… sólo porque el apellido del artista me resultaba familiar,... Mi sorpresa fue mayúscula al reencontrarme con algunos de mis recuerdos…, como aquella imagen de Zissou Lartigue,.. pero también al descubrir que la afición de Jacques Henri le había convertido en un reconocido fotógrafo,…

(Foto: cortesía de Daniel Martín Pérez)


· Fondo musical para acompañar la lectura: Francis Poulenc - Melancolie (Alexander Tharaud) (https://www.youtube.com/watch?v=hIsG4BO1cAE)