5 de julio de 2016



Fue algo que surgió de manera espontánea. Aunque no nos pudimos imaginar que aquella ingenua nadería de un grupo de amigos que tan solo pretendían pasar una noche de diversión en un pequeño piso de estudiantes, generaría tal expectación. El enfado del vecindario por el ruido que causamos, junto con la posterior presencia de la policía, no hicieron más que acrecentar una menudencia que entre unos y otros tergiversaron desde el primer instante. Pero el caso es que nos atribuyeron unos hechos que en realidad eran absurdos. Sin embargo, por no soliviantar más los ánimos, que estaban demasiado calientes, preferimos dejar que los acontecimientos fluyesen de forma natural, aún siendo conscientes de la estupefacción creada, porque muchos fueron los que pensaron que éramos la reencarnación del verdadero espíritu revolucionario, a pesar de nuestros esfuerzos por convencerles de que nuestro amigo Jeff no era Emiliano Zapata, ya que ni tenía bigote y, ni mucho menos, poseía parecido alguno con Marlon Brando.

· Fondo musical para acompañar la lectura: Carlos Chávez (1899-1978) - Sinfonía nº 2, "Sinfonía india" (1935-36).