22 de mayo de 2012



Desde que aprendió a tocar la flauta en el colegio, el abuelo no sólo tuvo claro que quería ser compositor, sino que se creyó un elegido. Por ello, cuando cumplió la mayoría de edad se marchó a Broadway dispuesto a revolucionar la música. Pero, como un día me contó la abuela, su talento sólo le permitió conseguir un puesto en una conocida compañía de seguros, en el piso 44 de un no menos conocido rascacielos. Sea como fuere, y tras muchos años pensando que el mundo estaba en su contra, el abuelo cambió de actitud cuando le ascendieron a jefe de departamento. Yo era muy niño y no entendía esas cosas, pero me di cuenta que, desde aquel día, nos hizo más caso a los nietos, aunque seguía desafinando al piano.

· Fondo musical para acompañar la lectura: George Gershwin - Rhapsody in blue (Versión piano solo) (http://www.youtube.com/watch?v=_kIpr6nSvjI)