15 de febrero de 2013



La férrea educación victoriana que recibió la Sra. Danvers no pudo impedir que durante su infancia soñase con otros mundos en la intimidad de su habitación. Después, ya en su juventud, fue consciente del futuro que le esperaba en una sociedad tan rígida y conservadora como la que le había tocado vivir. Una situación que perduraría con Nicholas Danvers, el apuesto joven contable con el que contrajo matrimonio y cuyo carácter flemático y estricto a la hora de cumplir los horarios y las costumbres condicionaría la vida en el hogar. Nunca salieron de Londres, porque además vinieron cuatro hijos. Y, aún así, pese al enorme trabajo que implicaban sus retoños, la sra. Danvers encontró tiempo para dejar volar su imaginación. Es por eso que, aquella tarde del 21 de mayo de 1953, vio la ocasión para poder hacer realidad sus fantasías cuando, yendo de paseo con la Sra. Davis, le pidió a ésta que le hiciese una fotografía de aquella manera. Aunque ese pequeño acto fue en realidad una simple e inofensiva travesura de la que el Sr. Danvers nunca se enteró, ella tuvo, al menos por un instante, esa sensación haber realizado un largo viaje en motocicleta por algún exótico lugar.

· Fondo musical para acompañar la lectura: Sam Lanin's Orchestra - A siren dream (https://www.youtube.com/watch?v=MZpiosMLYqY)