20 de febrero de 2013



El matrimonio formado por Hildy y Leonard Thornton alcanzó una cierta popularidad en la localidad donde vivian debido a su peculiar estilo de vida al que sus conciudadanos calificaban como demasiado atrevido. Porque los Thornton, simplemente y por cosa de las circunstancias, habían intercambiado sus roles, algo insólito para la retrógrada sociedad de aquella época. Hildy era la encargada del departamento de perfumería en unos grandes almacenes mientras que Leonard se ocupaba de las tareas del hogar. Una situación que al parecer llevaron con mucha naturalidad y discreción, porque eran conscientes de las habladurías que provocaban. Pero lo que de por sí era algo extraño para los habitantes de Smithville, Texas, para los que cualquier pretexto era bueno con tal de combatir el aburrimiento, se tornó en misterio cuando la mujer del alcalde y sus amigas se percataron de que todos los sábados, en un parking del centro de la villa, Hildy dormía en el automóvil, lo que dio origen a diversos rumores como que, por muy modernos que fuesen, entre ellos había desavenencias. Intrigadas por ello, instigaron a Bobby Hackett, el cronista de sociedad del periódico local, para que investigara el asunto. Pero no hubo nada más allá de que a Leonard, al contrario que Hildy, le gustaba ir de compras, y que él no sabía conducir.

· Fondo musical para acompañar la lectura: Tony Scott & Horst Jankowski - Lullaby of Birdland (https://www.youtube.com/watch?v=KwEhYRXjuOM)