28 de febrero de 2014




El estado final al que llegó el abuelo tras una larga e intensa vida dedicada a la investigación no sólo extrañó a sus colegas científicos sino que sorprendió a la familia, aunque la abuela, al parecer, se había percatado desde hacía tiempo de que la personalidad de su marido sufrió una paulatina transformación hasta quedarse en estado vegetativo. Ella nunca supo con exactitud cuales eran sus líneas de investigación, porque todos sus papeles estaban garabateados con infinidad de ecuaciones incomprensibles para la mayoría de los mortales. Pero aunque fuese un enigma la abuela siempre tuvo conciencia de que el abuelo estaba haciendo algo importante. Por eso le dejaba tranquilo cuando estaba en casa, porque sabía que él necesitaba la máxima concentración. Hasta que comenzó a mostrar un comportamiento cada vez más extraño alcanzando límites preocupantes cuando un día la abuela le vio quitar las fotos familiares de los marcos para sustituirlas por imágenes de la Luna. Él abuelo, una de las mentes más brillantes de su generación, parecía haber enloquecido. Sin embargo, Edmond, su colaborador más cercano además de su mejor amigo, tenía la teoría de que el abuelo conoció la esencia, lo que le elevó a un nivel superior donde alcanzó la plenitud existencial después de pasar más de treinta años estudiando la Luna. Pero yo siempre tuve la sensación de que Edmond edulcoró la realidad para tratar de animar a la abuela. Creo que el abuelo se obsesionó en desentrañar los misterios de la luna. Por eso llenó la casa de fotos, para tenerla más presente, por si descubría algún detalle que se le había pasado de largo. Y eso fue la causa de su locura, tras sufrir una profunda depresión cuando descubrió que en la Luna no había nada, que Julio Verne había mentido como un bellaco con aquello de los selenitas, que lo de los influjos y el hombre–lobo era una patraña, como falsas todas esas zarandajas que se dijeron sobre ella durante siglos. Algo que muchos años después ratificarían Buzz Lightyear y Neil Armstrong y que Stanley Kubrick filmó para que no hubiese duda alguna.

· Fondo musical para acompañar la lectura: The Delta Rhythm Boys & Ella Fitzgerald - It's only a paper moon (
https://www.youtube.com/watch?v=hLr4PDe_5SQ)