15 de marzo de 2013



Sé que a muchos de ustedes les gustan las historias curiosas o con un cierto toque de extravagancia. Les confieso que a mí también. Pero hoy no he podido evitar el cambio de registro porque, hurgando hace un rato entre mis viejos papeles, me encontré con la imagen de Carmelo y Elena del día en el que comenzaron a salir juntos, hace más de cuarenta años. Sin embargo, no he tenido noticias de ellos desde hace décadas, no sé si aún siguen juntos, ni siquiera si están vivos. Los conocí en la universidad, y fueron parte de mi grupo de amigos que, cuando descubrieron sus mutuos sentimientos, se distanciaron de nosotros. Cosas de los enamorados. Pero aunque fueron dos personas discretas, hubo algo que siempre nos llamó la atención a todos, aunque nunca supimos con certeza que era. Recuerdo que tampoco le dimos demasiada importancia. Y hoy, precisamente, yo, que he tenido una vida normal y sin sobresaltos, he tenido la sensación de haber descubierto ese algo. Si, el aspecto del rostro de ambos, como de ratón de biblioteca. Pero quizá todo esto sea una nadería y que en el fondo, sin saberlo, todos envidiábamos el brillo de sus ojos.

· Fondo musical para acompañar la lectura: Artie Shaw & his orchestra with Helen Forrest - All the things you are (http://www.youtube.com/watch?v=PhBQd2VMWzA)