29 de marzo de 2012



El ridículo duró muy poco. Aunque la verdad, todo fue idea de mi hermana, que era demasiado soñadora y una desmesurada entusiasta de las Andrew Sisters. A mi me daba igual, pero sé que su ocurrencia les dio a papá y mamá un soplo de aire fresco por el simple hecho de que pensaron que el asunto les podía sacar, no sólo del anonimato de su vida corriente, sino proporcionarles unos suculentos beneficios económicos. Llegados a este punto, prefiero no contarles más. Porque ni mi madre era Nina Simone y ni mi padre Frank Sinatra. Como comprenderán, para mí lo más importante fue que ninguno de mis amigos del instituto escuchó el dichoso concurso de la radio.

· Fondo musical para acompañar la lectura: The Andrews Sisters - Boogie Woogie Bugle Boy (http://www.youtube.com/watch?v=VKEow5ONQyo)