13 de marzo de 2012



La extraña habilidad de clavarse agujas de tricotar le proporcionó a Bob una enorme popularidad desde que comenzó su carrera en el circo de los hermanos Fratelli. Su número causaba gran sensación allá donde lo presentaba. Y Bob acabó dando el salto. Aún hoy en día muchos recuerdan sus actuaciones en las salas de fiestas y teatros de las principales ciudades del país. Algo que a él y a su mujer Eleanor les permitió conocer infinidad de gentes y lugares. Sin embargo, a pesar del dinero y la fama, Bob no fue feliz. Lo peor no eran las molestias que padecía cuando intentaba hablar o comer, sino las que sufría cada vez que trataba de besar a Eleanor.

· Fondo musical para acompañar la lectura: John Sinclair & Planet D - Sendin' The Vipers (http://www.youtube.com/watch?v=8cCwRraSKjQ)