9 de marzo de 2012



Ya apuntaba maneras, según me dijeron muchos años después mis padres, cuando decidieron hacerse su primer retrato familiar en la pequeña tienda de fotografía que tenía un amigo suyo en el barrio de Chiyoda, en Tokio. Mantuve bien quietos mis brazos mientras el señor Hayashi sacaba la instantánea. Pero cuando vi “Los siete samuráis” en la sala de cine donde mi padre trabajaba como acomodador, decidí que quería ser como Toshiro Mifune. Una idea que después mi enclenque constitución física y mi mala dicción se encargaron de quitarme de la cabeza para alegría de mis progenitores, que sintieron un gran orgullo cuando acepté el puesto que mi padre dejó al jubilarse.

· Fondo musical para acompañar la lectura: Fumio Hayasaka - Banda sonora de Los siete samurais (Akira Kurosawa, 1954) (http://www.youtube.com/watch?v=KXi5SUipbg8)