12 de marzo de 2012



Alan McCann jamás había visto ese extraño invento hasta el día en que su mujer Ellen se empeñó en cumplir su ilusión de tener a la familia retratada en una fotografía. Además, a la señora McCann no le hacía ninguna gracia la idea de su nuera de tener de ponerse delante de esa caja diabólica y, menos aún, si la manipulaba un desconocido. Y todo para que al final saliese una imagen en blanco y negro. Aunque también era cierto que en su futuro tampoco había cabida para demasiados colores. Sin embargo, Ellen esbozó una sonrisa.

· Fondo musical para acompañar la lectura: Jimmie Revard & His Oklahoma Playboys - Triflin' Gal (http://www.youtube.com/watch?v=pxFHoyn-QZY)