15 de enero de 2014




La pequeña Annette Lesauvage se había lastimado el ojo en un momento de efusividad, cuando jugaba con su muñeca. De ahí que el parche que le pusieron minimizó su expresión de sorpresa, la que si mostraron sus padres y su hermano Marcel cuando aquella tarde de abril se presentaron unos periodistas en su casa. La noticia había corrido como la pólvora en la pequeñaciudad de provincias donde vivían, generando un gran revuelo. Porque los Lesauvage siempre fueron muy tradicionales además de muy discretos, pese a que ambos eran personas conocidas ya que Louis, el padre, era médico y Claudine, la madre, una respetada dama entregada a actividades benéficas. Sus tres vástagos parecieron seguir la mesura y la rectitud que les inculcaron sus progenitores llevando dichas virtudes hasta tal extremo que desde siempre habían llamado la atención en el colegio por su inusitada seriedad. Por ello, aquella fatídica tarde los Lesauvage creyeron que el cielo se les venía encima al saber que Camille, su modosita hija mayor de quien pensaban que ejercía como profesora en la Sorbona, era en realidad una conocida cantante de las noches parisinas que se había hecho muy popular por sus letras picantes y sus cautivadores encantos sobre el escenario.

· Fondo musical para acompañar la lectura: Claude Goaty - Si tu voulais de moi (https://www.youtube.com/watch?v=Pg0cLrJC_34)