27 de septiembre de 2012



Mamá fue una mujer muy moderna para su tiempo. Supo compaginar la convivencia con una caótica familia con su vocación de profesora en un colegio de secundaria. Y aún así, a pesar de sus intensas jornadas, tenía tiempo para esbozar una sonrisa. Sí, porque mi familia era algo delirante. Bien es cierto que, una cosa es el sentido del humor y otra muy diferente las payasadas. En esto mi padre fue un especialista y mis hermanos y yo, sus más fieles seguidores. Hasta tal punto que nuestras novias enseguida se contagiaron de todo ello, apuntándose a cuanta ocurrencia surgiese, fuese cual fuese el momento y el lugar. La única pena que tuvo mi madre es que jamás logró tener un retrato de familia en condiciones normales, por ello hubo un momento en que prefirió no salir más, ya que le entraba tal risa que, inconscientemente, se daba la vuelta. De ahí que su espalda fuese su parte más fotografiada. Pero lo más divertido de nuestros álbumes era la formalidad que derrochaban nuestros invitados, como de la que hizo gala aquel día, al lado del árbol, mi amigo Cosme.

· Fondo musical para acompañar la lectura: Billie Holiday - These foolish things (http://www.youtube.com/watch?v=2_20tKuKtF8)