10 de septiembre de 2013



Lo peor no fue que el recuerdo de Ray Sarofsky se desvaneciese definitivamente en el olvido cuando falleció el último de quienes le conocieron en vida, sino que hubo alguien que quiso borrarlo físicamente del mapa como si no hubiera nacido. Un acto de mutilación que le apartó irreversiblemente de formar parte de la memoria local porque, al parecer, aquella fue la única vez que se puso delante de una cámara. Aunque también los pocos datos que han trascendido sobre su vida se refieren a que fue un ser cuya inocencia le hizo propenso a la torpeza. La leyenda popular cuenta que Ray, quien jamás salió de su pequeño pueblo, vio un día a una pareja de forasteros inmóviles ante un extraño artilugio que emitía un leve zumbido. Intrigado, se aproximó al aparato y oyó un click. Al parecer el hombre se acercó de inmediato a Ray sugiriéndole con muy buenas maneras que, si mantenía la boca cerrada, le enviaría la fotografía como compensación por su desatino. La versión más extendida decía que eran un político influyente y una famosa cabaretera que, por evitar que se descubriese su tórrido romance, eliminaron cualquier pista que les delatase antes de enviarle la imagen. Y aún así, Ray escribió su nombre, como intentando dejar constancia de que existió.

· Fondo musical para acompañar la lectura: Hoosier Hot Shots - You're driving me crazy (http://www.youtube.com/watch?v=UoVfZY97EFE)