8 de junio de 2012



Uno de los casos más curiosos que dio la historia del arte fue Tibor Czerny, si es que su escasa obra, compuesta por tan solo dos esculturas, merece figurar en ella. Porque tenía tan alta consideración de sí mismo que, según los escritos que dejó en una única cuartilla, tras años de intensa reflexión había logrado plasmar la esencia del ser humano y que, llegado a ese punto, no merecía la pena seguir trabajando ya que era imposible superar sus dos obras maestras. Tibor murió creyendo que era un verdadero genio, sus dos excelsas creaciones se han perdido y el único crítico que supo de él, simplemente, eludió dar opinión alguna.

· Fondo musical para acompañar la lectura: Django Reinhardt - Charleston (http://www.youtube.com/watch?v=v0VfkBBUqwM&feature=related)