8 de octubre de 2014




Gaston Desmarchais, quien fuera el director de la banda municipal de Sévérac–le–Château, inculcó el amor por la música a sus tres hijos quienes desde niños ya habían dado muestras precoces de poseer un enorme talento musical. Cuando terminaron sus estudios en el Conservatorio de París, donde fueron alumnos de prestigiosos profesores como Jean Monteux en contrapunto y Jacques Bleuzet en composición, iniciaron una prometedora carrera como intérpretes bajo el nombre artístico de Trio Desmarchais. Sin embargo, las expectativas generadas pronto se diluyeron. Ya desde su primera actuación hubo algo extraño que no encajaba con el espíritu de las obras clásicas que interpretaron, pero a las que imprimieron un sonido muy característico que provocó en la crítica especializada tal desconcierto que algunos, o por miedo a equivocarse o por no tener palabras para definirlo, se cubrieron las espaldas calificándolo de vanguardia. Sea como fuere, ese efímero revuelo desató la tragedia que aniquilaría definitivamente a la formación. Si bien Jules con la guitarra y Gustave al violonchelo renacerían de sus cenizas convirtiéndose en el ya legendario Duo Desmarchais, la figura de su hermano Bernard, considerado el verdadero genio del trío, fue difuminándose lentamente al no conseguir que la ocarina tuviese cabida dentro del repertorio clásico.

· Fondo musical para acompañar la lectura: Friedrich Burgmüller - Nocturne No.1 (https://www.youtube.com/watch?v=m_sKRr_n1NE)