25 de mayo de 2016




No les puedo mostrar imagen alguna de mi aspecto porque, por discreción, siempre traté de pasar desapercibido ante los demás, de evitar incluso las cámaras fotográficas. Tampoco es que poseyese un físico que llamase la atención, pero mi trabajo como vendedor de lavadoras hizo que desarrollase un don, un aura, un gracejo que me proporcionaron con el tiempo un enorme éxito social que, como es lógico, aproveché hasta las últimas consecuencias sin prever que estás se me irían de las manos llevándome a un trágico final. Era algo que no podía evitar, algo intrínseco en mi ser, en mi propia naturaleza. A todas las amé. Pero solo hubo cuatro de ellas que no lo entendieron así. · Fondo musical para acompañar la lectura: Sonny Boy Williamson - Bye bye bird