2 de octubre de 2015




Allí nació todo. Porque lo que contó mucho después la versión oficial fue falso. Tan falso como una moneda de madera. Los intereses creados en aquella época no permitieron que nos expresáramos como queríamos, ya que éramos jóvenes y apuntábamos maneras. Y decidieron encarrilarnos a través de los cantos de sirena del béisbol, porque era preferible que desahogásemos nuestra rabia con un bate en un recinto cerrado a que pudiésemos contagiar a otros jóvenes. Lo peor de aquella manipulación fue que consiguieron que nuestro grito de rebeldía quedase ahogado cuando nos convirtieron en una especie de monos de feria resultando, cuanto menos, divertidos para un público ávido de novedades. Pero la verdad es que fuimos los primeros hippies de la historia, aunque décadas más tarde fuesen otros los que se llevasen los laureles.

· Fondo musical para acompañar la lectura: South Sea Islanders - Malihini Mele.