9 de mayo de 2014




El rey del mundo. Ese fui yo aquella noche, aunque ahora, cualquiera que vea esto, piense que todo es imaginación mía. Dirán todo lo que quieran. No se lo pienso discutir. Pero las cosas, en aquella época, en mi época, eran así. Sin más. O se encaraba la situación de frente o te podrías convertir en el hazmerreír del momento. Ya, ya sé que muchos de ustedes pondrán reparos, y dirán que por qué lo hice de tal manera y no de la otra. No lo voy a discutir. Era como era y no había más. Tan sólo que éramos jóvenes y que no había barrera alguna que se nos resistiese. Cosas de la juventud. Sí, los más viejos nos tildaron de inconscientes, de que éramos una juventud alocada, pervertida y somatizada por los nuevos tiempos, que éramos demasiado vulnerables y que todo eso significaría el fin de una época. Pero a mi todo eso me dio igual. No me importaba lo que dijesen. Era feliz, a pesar de que me di cuenta, horas más tarde, de que mi disfraz tenía algunas deficiencias. Pero me dio igual. Era el as de rombos y las chicas se fotografiaron conmigo. Había triunfado, aunque luego supiese que me había equivocado de fiesta.

· Fondo musical para acompañar la lectura: Louis Jordan & His Tympany Five - Saturday night fish fry (https://www.youtube.com/watch?v=jGiJ0bUzuaw)