22 de febrero de 2012
El tío Earl jamás supo que le vio medio país en las portadas de los principales periódicos. Los titulares hablaban sobre un despido masivo. Como era un hombre muy reservado, los allegados y conocidos pensaron que lo habían puesto en la calle y que, lo que fotografió el reportero gráfico por casualidad era al tío en plena acción de protesta lo que, por otra parte, enorgulleció de sobremanera a la familia. Pero muchos años después su aureola se vino abajo cuando supimos que, en realidad, el tío Earl lo único que hacía era adular a sus jefes para asegurar su puesto de trabajo.