16 de septiembre de 2015
Esta vez tuvimos que partir de madrugada, con papá musitando improperios para no enfadar a mama, que en esos momentos estaba a punto de tener un ataque de nervios porque la abuela había vuelto a hacer otra de las suyas. Por enésima vez se había vuelto a escapar de casa, lo que se convirtió en algo habitual desde que vino a vivir con nosotros. Hasta entonces nunca se había ido demasiado lejos, a pesar de que ya nos habíamos llevado unos cuantos sobresaltos. Pero ahora el susto fue monumental cuando nos comunicaron que estaba en una pequeña localidad de Montana donde la encontraron haciendo nuevas amistades. Y lo peor no fue eso, sino la inquietud que se generó en sus habitantes, porque hasta allí había ido el ejército. Inquietud que se transformó en terror cuando aterrizamos en nuestro platillo para recogerla.
· Fondo musical para acompañar la lectura: Ella Fitzgerald - Two little man in a flying saucer.